jueves, 27 de octubre de 2011

Pintar, expresar, vivir

Recientemente, leí un artículo en la página web de Globedia el cual decía: "Los jóvenes graffiteros quieren pintar, expresarse y no ser asociados con el crimen, delincuencia, y sí con lo que son: artistas urbanos, explicó Alejandro Bravo, titular de la Unidad Graffiti de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF)." Esto esta super bien! Ya hay gente en el gobierno que entiende que no solo hay graffiti malo en las calles, sino que también estan los verdaderos artistas urbanos que están cansados de ser reprimidos por la sociedad solo porque unos cuantos vándalos rayan las paredes con sucios e indecorosos tags.
Pero para todo problema existe una o varias soluciones, como por ejemplo, en México ya existe un grupo de personas llamado "La Unidad Graffiti" cuyo propósito principal es buscar espacios adecuados en donde los artistas urbanos puedan expresarse libremente. No quieren que el graffiti sea tolerado, porque sino esto sería un caso caótico.

Les comparto el link donde podrán leer el artículo del que les hablo:
Graffiteros, artistas urbanos que buscan espacios de expresión

También aquí en Puebla he visto mucho arte urbano legal e ilegal. Un ejemplo de arte urbano legal es el mural que están haciendo al lado de vía San Ángel. Está quedando muy padre! Más adelante, cuando esté terminado, publicaré varias fotos para que puedan verlo. Mientras le muestro los avances:





Grafiteros = artistas urbanos = criminales? Parte 2

De oruga a mariposa
Bob, un artista callejero, dice que “El arte en las calles empieza con niños haciendo tags feos”. Pues claro! Es como por ejemplo, un niño aprendiendo a tocar el piano es solo ruido para los vecinos, pero dentro de todo esto, está el proceso de aprendizaje y enriquecimiento que lleva a los amateurs a ser grandes artistas. Banksy no empezó en la cima, tiene por ahí de una década pintando en las calles. Apenas en el 2005 dejaba algunas de sus obras a escondidas en museos destacados de Nueva York como el Museo de Arte Moderno, el Museo Metropolitano de Arte y el Museo de Brooklyn por nombrar algunos. Muchas de sus obras lograban quedarse ahí por un tiempo considerable antes de que se dieran cuenta que no eran parte de su exposición. Entonces, no era ni muy bueno ni reconocido en sus principios. Seguramente sus primeras obras fueron una reverenda porquería. Un 85 por ciento del graffiti son tags y un 10 por ciento es comunicación de bandas callejeras, según sociólogos de Estados Unidos que encuestan este tipo de problemática. Pero y quien decide “lo que es arte y lo que es feo”, dice Bob. Si las autoridades son los jueces, siendo que están en contra, todo graffiti en las calles lo pueden clasificar como feo. Como dijo John Lennon, “Es tan ciego porque sólo ve lo que quiere ver.” Si solo se busca basura, eso es lo que se va a encontrar.



Ajustando cuentas
El merito artístico no es suficiente para resolver este dilema mundial, pero hay algunas propuestas menos severas que las que imparte la ley. Bob propone “cuanto mayor sea el costo de remover el graffiti, mayor deberá ser el castigo, aunque no la cárcel ". Se podrían asignar paredes para que los artistas se puedan expresar y desarrollar con libertad. También, en lugar de ir a la cárcel, podrían limpiar los tags y graffitis que realmente son considerados vandálicos de propiedades públicas. De esta forma están ayudando a descontaminar visualmente la ciudad y ayudan a aislar el verdadero arte urbano para que la gente empiece a apreciar.
Al fin y al cabo, ¿que sería de las calles si todas las paredes fueran grises, tristes, sin color, sin vida?



jueves, 20 de octubre de 2011

Grafiteros = artistas urbanos = criminales? Parte 1

Muchos artistas urbanos han sido encarcelados por desfigurar propiedad pública. Al mismo tiempo que les leen las sentencias, galerías de arte de categoría y museos defienden las obras de algunos de estos artistas.



El graffiti y la sociedad


Parece ser que la mayoría de las personas se encuentran muy confundidas cuando se trata del graffiti. No se sabe si está bien o si está mal. A algunos ni les viene ni les va. Algunos quisieran que estos chavitos sin ocupación se dedicaran mejor a estudiar y a ser útiles para la sociedad, para enorgullecer a sus padres, etc. En fin, tenemos casos muy opuestos sobre el graffiti. ¿Quiénes lo llaman arte y quienes juran que es un crimen de lo peores?



Por una parte tenemos a Andrew Gillman, miembro del clan de graffiti DPM de Londres, que fue encarcelado por 2 años por admitir conspiración para causar daño a propiedades. Por otra parte, a menos de un kilómetro de ese lugar, tenemos a 6 artistas urbanos, reconocidos internacionalmente, pintando murales gigantes como primera exposición de arte urbano de un museo importante. La yuxtaposición de estos dos eventos raya en lo ridículo.


Simplemente no se pueden juntar a un grupo específico de personas que aman el arte urbano y los que lo odian. No es blanco ni es nergo. En general, las autoridades y personas con poder están en contra, junto con los ciudadanos que han tenido la desafortunada experiencia de tener un feo tag, graffiti, rayón, o el típico “te amo Lupita” firmado por “el brayan” con pintura de spray en su propiedad o comunidad. Las demás personas están a favor o les da lo mismo.


Es un “fenómeno altamente polarizante” según Akbar y Vallely (2008). Hay personas como la americana Elura Emerald que insiste en que "los artistas que pintan en la calle no hacen más que expresarse, no hacen daño a nadie" y no debe ser castigado ", sino apreciado y celebrado". En contraste, hay otros como el juez Christopher Hardy que describió las actividades del clan de DPM como "una gran campaña egoísta dedicada a dañar propiedades a escala industrial". Ziggy, una chavo de 25 años de edad y miembro de este mismo clan, fue a la cárcel por 18 meses por declararse culpable de un crimen sin drogas, violencia, terrorismo, prostitución o armas, sino por haber pintado en propiedad pública. No por favor, mejor que lo maten, no vaya a ser que pinte en casa de la abuela.