jueves, 27 de octubre de 2011

Grafiteros = artistas urbanos = criminales? Parte 2

De oruga a mariposa
Bob, un artista callejero, dice que “El arte en las calles empieza con niños haciendo tags feos”. Pues claro! Es como por ejemplo, un niño aprendiendo a tocar el piano es solo ruido para los vecinos, pero dentro de todo esto, está el proceso de aprendizaje y enriquecimiento que lleva a los amateurs a ser grandes artistas. Banksy no empezó en la cima, tiene por ahí de una década pintando en las calles. Apenas en el 2005 dejaba algunas de sus obras a escondidas en museos destacados de Nueva York como el Museo de Arte Moderno, el Museo Metropolitano de Arte y el Museo de Brooklyn por nombrar algunos. Muchas de sus obras lograban quedarse ahí por un tiempo considerable antes de que se dieran cuenta que no eran parte de su exposición. Entonces, no era ni muy bueno ni reconocido en sus principios. Seguramente sus primeras obras fueron una reverenda porquería. Un 85 por ciento del graffiti son tags y un 10 por ciento es comunicación de bandas callejeras, según sociólogos de Estados Unidos que encuestan este tipo de problemática. Pero y quien decide “lo que es arte y lo que es feo”, dice Bob. Si las autoridades son los jueces, siendo que están en contra, todo graffiti en las calles lo pueden clasificar como feo. Como dijo John Lennon, “Es tan ciego porque sólo ve lo que quiere ver.” Si solo se busca basura, eso es lo que se va a encontrar.



Ajustando cuentas
El merito artístico no es suficiente para resolver este dilema mundial, pero hay algunas propuestas menos severas que las que imparte la ley. Bob propone “cuanto mayor sea el costo de remover el graffiti, mayor deberá ser el castigo, aunque no la cárcel ". Se podrían asignar paredes para que los artistas se puedan expresar y desarrollar con libertad. También, en lugar de ir a la cárcel, podrían limpiar los tags y graffitis que realmente son considerados vandálicos de propiedades públicas. De esta forma están ayudando a descontaminar visualmente la ciudad y ayudan a aislar el verdadero arte urbano para que la gente empiece a apreciar.
Al fin y al cabo, ¿que sería de las calles si todas las paredes fueran grises, tristes, sin color, sin vida?



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